ODONTOLOGÍA CONSERVADORA

Odontología conservadora: Es la parte del tratamiento en la que nos ocupamos de la recuperación de la estructura dentaria perdida, principalmente por caries o traumatismos, y normalmente consiste en la realización de una obturación (empaste) más o menos extensa, aunque en ocasiones es necesaria la colocación de una funda.

Uno de los principios de nuestra filosofía es el enfoque conservador en los tratamientos, lo cual quiere decir que siempre optaremos por el tratamiento menos invasivo que sea posible, o sea que nunca realizaremos la endodoncia si se puede evitar. Esto requiere la aplicación de un tratamiento especial que debe realizarse con mucho cuidado para que tenga éxito: el Recubrimiento Pulpar Directo (RPD).

El RPD se utiliza en situaciones en las que tenemos una exposición pulpar (del nervio) normalmente por caries y vemos que es posible conservar la vitalidad de la pieza, se utiliza el hidróxido de calcio para “curar” el nervio y después la pieza puede ser reconstruida.

Durante mucho tiempo el material estrella para la realización de obturaciones ha sido la amalgama. Este material se ha revelado como muy tóxico por su alto contenido en mercurio (50%) y hoy en día está desaconsejada su utilización, en otro apartado hablamos más extensamente de la amalgama.

Afortunadamente, hoy en día disponemos de materiales alternativos a la amalgama y que presentan una toxicidad mucho menor. Principalmente se utiliza el composite, ionómero de vidrio, ormoceres y materiales policerámicos.

El composite es el material más utilizado. Presenta unas buenas propiedades físico-mecánicas así como una estética excelente, de las alternativas a la amalgama es el material del que se tiene una experiencia clínica mayor.

El ionómero de vidrio es un material con unas propiedades excelentes, pero sufre un gran desgaste, por lo cual debe ser recubierto con composite o con una funda.

El ormocere y la policerámica (DRM) son materiales más nuevos y que se presentan como materiales con una biocompatibilidad mayor, en especial el DRM, que mejora al composite en este aspecto porque no lleva bisfenol en su composición.

Cuando el diente está muy dañado conviene reconstruirlo con una funda.

Hasta hace poco tiempo, las fundas tenían que hacerse con una base metálica debajo de la cerámica (incluso muchos odontólogos lo siguen haciendo), lo cual, junto con el uso de la amalgama, nos daba como resultado bocas con una combinación de diferentes metales que podía provocar problemas de salud.

Se debe evitar la colocación de todo tipo de metales en boca, tanto en la fase conservadora como en la protésica de la que hablaremos después.

En resumen, debemos realizar una correcta selección de los materiales restauradores y ser cuidadosos en la ejecución de los tratamientos.

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